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jueves, 28 de agosto de 2014

La primera vez...


Hola que tal mis queridos seguidores, en está ocasión continuaré con las anécdotas que quedaron pendientes en el relato pasado…

Callada, un poco tímida y con los latidos del corazón a mil; (podía apostar que se escuchaban a media cuadra de ahí), estaba yo, en esa habitación… hace 15 minutos que había terminado de ponerme las cosas que contenía aquella bolsa misteriosa. Mi anfitrión se desesperó, se asomó por la cortina y me dice –¿ya estás lista?, ¿por qué no sales?, ¡ven te quiero ver!.

No…aún no estoy lista, (respondí) no me he puesto labial, -póntelo (me dice) y acércate te quiero ver. Ya no pude ganar más tiempo, la desesperación de mi amigo me presiono, y una vez que termine de ponerme el labial, salí a la sala de su casa, para que pudiera apreciar mi figura, el resultado final: una nena tv primeriza, tímida, vestida de minifalda azul, medias blancas (pues su mamá de este chico era enfermera y tenía infinidad de medias y pantimedias blancas), blusa blanca; me aplique en el cuerpo el perfume que me dio de su mamá, olía delicioso, es una fragancia que hasta la fecha no he encontrado y que cada que llego a olerla por casualidad, me recuerda ese mágico momento. 


Se puso de tras de mí y me empezó a oler el cuello, una sensación rara pero placentera recorría todo mi cuerpo, ¡qué rico hueles!, (me dijo), se me repegó aún más y pude sentir que ya estaba muy excitado, aquel arrimón me anunciaba que quería algo más que observarme. Me tomo de la mano y me dio una vuelta completa, se dio el gusto de ver y contemplar en todo su esplendor mi cuerpo vestido de nena. Me condujo hasta su cuarto nuevamente y me sentó en su cama.


Empezó a buscar  como desesperado entre sus cosas algo, no sabía que buscaba, de lo nerviosa que estaba ya no hablaba, él solo susurraba, “aquí la deje, aquí la deje”; (estaba perdida en mis fantasías y pensamientos) cuando abruptamente me dice ¡la encontré!, ¿qué?, (pregunte), esto…todavía en aquel entonces existían los VHS (vídeo cassette para quien sea de esta época y no haya tenido la oportunidad de conocerlos), lo saco del gigantesco estuche y la puso en la videocasetera. 

Era una película pornográfica, y si ya estaba encendida la mecha, ¡con eso termino de calentarse más!.

Entre más pasaban las escenas de la película, más y más se iba prendiendo mi amigo, y yo ¡ni se diga!, la película me estaba excitando bastante, me tenía sudando. Estaba tan metida en la película que no observe que mi compañero me estaba recorriendo con la mirada, de pies a cabeza, me devoraba con los ojos, eso me hizo sentir apenada pero a la vez ¡me gustaba!, me sonroje y él lo notó.

¡Tranquilo, no pasa nada! (exclamó mi amigo), si ya no quieres ver la película, o te quieres ir no hay problema, te dejo para que te cambies;… eso fue lo que me gusto de ese niño, que a pesar de que estaba excitadísimo, me tuvo mucha paciencia, entonces le conteste: “No, solo estoy un poco nervioso, pero estoy a gusto, gracias”.


Apenas terminaba de decirle eso, cuando me planto un beso húmedo y prolongado; por inercia quise retirarlo, lo tome de los hombros como queriéndolo alejar, pero me gustaba, en realidad ese beso me encantó tanto que lo deje continuar, y le correspondí, baje mis manos y me deje llevar. Una vez con ese beso, él, sintió el derecho de poderme abrazar, tocar, manosear, y yo aunque muy nerviosa, estaba ¡encantada de la vida!.

Dejamos aún lado la película, pues ya había logrado su cometido, ya no pudimos más, con sus manos empezó a recorrer delicadamente mis piernas, sentía su aliento en mi cuello, me tiro de espaldas en su cama, y empezó a besarme en la boca, queríamos fundir nuestros cuerpos en el mar del placer lo más rápido posible, pero la inexperiencia y torpeza de ambos nos impedía llegar al clímax. 
Tranquilo, le dije, vamos despacio ¿sí?...claro lo que tú digas (me contesto y me sonrío). Me acariciaba suavemente la mejilla cuando me dice: tengo ganas de coger contigo, ¿quieres?; (justo como cuando la escena se queda congelada en una película, así transcurrieron esos segundos), me quede pensativa, dubitativa.


Se incorporó y me dijo si no quieres no; no te preocupes, tal vez voy demasiado rápido… le dije no, lo que pasa es que tengo miedo, nunca lo he hecho, no sé qué decirte. 

Si lo sé, dirán si no ibas a salir embarazad@, pero el miedo y los nervios estaban presentes y por poco evitan que termináramos aquella “tarea en equipo”. Es como aquellas ocasiones que te gusta mucho algo, y decides no comprarlo, llevarlo o no hacerlo, después llega el arrepentimiento y dices ¡porque diablos no lo compre o no lo hice!, son oportunidades contadas, que muy rara vez el destino te las acerca hasta la comodidad de tu vida, y como el "hubiera" NO existe, reflexione, y dije ¡sí! me la voy a jugar, justo estaba quitando el VHS, cuando lo sorprendo diciéndole: ¡SÍ!, si quiero hacerlo… ¿de verdad? (me pregunto), le dije sin temor a equivocarme, ¡Sí!...si lo quiero hacer.


No les puedo describir la cara de felicidad de mi primer compañero sexual, pero para que se den una idea fue como si en ese momento le hubieran dicho que se sacó la lotería, ¡estaba muy feliz!, y por el contrario, yo estaba un poco sacada de onda, pero dije ni modo, ya le dije que sí, ya no me puedo arrepentir.

Sabes una cosa (me dijo), también es mi primera vez, entonces no sé cómo comenzar, no te preocupes (le dije) vamos despacio, me puse de frente a él, me dio un tierno abrazo, a este, le siguió una ronda de besos que prendieron nuevamente la chispa. Al fin jóvenes, nos excitamos rápidamente, me quito la blusa, y aunque la inexperiencia nos brotaba por los poros, sus besos en el cuello me excitaban y me daban cosquillas, no sé porque pero soy muy cosquilluda.

Así continuo bajando sus manos hasta llegar a mis nalgas, lentamente subí a mi cintura  la minifalda que cubría mis piernas, quede tirada boca arriba en su cama nuevamente, él también hizo lo propio y se despojó de su playera y pantalón, ambos estábamos semi-desnudos, prácticamente en ropa interior. Me hinque frente a él y le ayude a liberarse de esa trusa color gris, me esperaba una grata sorpresa: su miembro viril, erecto y duro ¡muy duro! se le marcaban las venas de lo excitado que ya estaba. 

Como no  era muy diestra con la boca, y mucho menos con las manos sin querer llegaba a lastimarlo, cuando intentaba acariciarlo o lamerlo.
Ya no pudimos más y me volvió a tirar en la cama, ahora él fue quien con fuerza me quito las pantaletas rositas de un jalón, quedé en la típica posición del misionero; como no sabía que “hacer”, en automático abrí las piernas. Su pene ya estaba listo, tenía ese líquido pre-eyaculatorio en la puntita. 


Nos costó muchísimo trabajo pero al fin logro entrar “la puntita”, no lo pude evitar, aunque no dí un grito fuerte, mis gestos y expresión aunado a que con los brazos lo retire de mi cuerpo, hicieron que mi compañero sacara la cabecita de mi apretado ano, auchh, ¡que dolor!, no se lo decía pero cuando yo cerraba los ojos, ahí se daba cuenta que me dolía, (dicen que la primera vez duele mucho, pero analmente duele el doble) a pesar de que “practicaba” con ese palo de escoba, probar un miembro de carne y cuero, ¡es totalmente diferente!, lo reitero me dolió bastante, tanto que tuvimos que suspender por unos minutos el intento de relación sexual.


Ya un poco más relajada, le dije adelante, intentemos de nuevo, está vez escupí un poco de saliva en mi mano que lleve hasta la entrada de mi ano, con el fin de lubricar un poco la zona y evitar el dolor. Les puedo decir que fue un poco más “accesible” la entrada, pero el dolor seguía presente, está vez habíamos logrado que la mitad de su miembro entrara en mí, … ¡despacito por favor! -le dije-, y así empujaba, poco a poquito, con delicadeza; de verdad parecíamos la parejita de novios (niño y niña) consumando su primera relación sexual. 

Él a pesar de su juventud fue todo un caballero, dejó que yo controlará la velocidad de la penetración; pero, la sensación y excitación le ganaron e hicieron que rompiera la rutina y me empezó a cabalgar más duro y rápido, me dolía mucho ¡muchísimo!, sudaba, gemía, ¡que dolor!, mis gestos de repente frenaban su alocada carrera, pero una vez que veía que me recuperaba, otra vez arremetía duro, cada vez más duro, por la postura en la que estaba podía apreciar con lujo de detalle sus gestos, gemidos y expresiones, les confieso que yo no disfrutaba del todo, el dolor estuvo presente en casi toda la relación sexual, estaba divagando, cuando de repente se me metió hasta el fondo, muy adentro, ¡mi chico se estaba viniendo dentro de mí!, pude sentir ese líquido espeso entrar con fuerza hasta mis entrañas, era un líquido muy caliente, y esa sensación fue muy placentera, aunque debo confesarles que esa cabalgada me dejo muy adolorida. 


Ese encuentro marco PARA SIEMPRE mi vida, y no solo en el ámbito sexual, fue como haber descubierto un mundo nuevo, no puedo olvidar la forma en la que me trato mi primer amante, quede atrapada en su ternura, virilidad y paciencia.

Terminamos esa “tarea” exhaustos, al fin habíamos conseguido llegar al éxtasis deseado, me apresuro, pues su mamá estaba por llegar. Fuimos precavidos al recoger y asear muy bien el cuarto, solo la falda quedo un poco sucia (omitiré detalles por cuestiones obvias), pero para no despertar sospechas, acordamos tirarla a la basura.

Justo como en aquella ocasión que me puse la ropa interior de mi madre, camino a casa me sentí raro, como si hubiera cometido un crimen. Trataba de hacerme a la idea de que no había pasado nada pero no, ¡me habían desquintado!, y aunque adolorida, NO me arrepentía de lo sucedido. 


Llegue a mi casa algo sacad@ de onda, ya para ese entonces mi mamá nada sospechaba, pensó que eso de usar sus medias y vestirme de mujer había quedado en el pasado, o que lo había hecho solo por “experimentar”, por eso, esa tarde no noto que su hijo se había convertido en una “señorita”.


Aprendí a ser más discreta y guardar muy bien las apariencias, mi madre quedo convencida (hasta la fecha) que soy un chico normal como cualquier otro, nada sabe de Arlenne, la niña que cohabita conmigo y que hace de las suyas cuando puede.

Nada pudo ser más grato que dejar “mi inocencia” con ese chico,  a partir de entonces, las tareas “en equipo” se hicieron más frecuentes, no me caía "el veinte" del porque me procuraba y se preocupaba por mí, hasta ese día en que ambos tuvimos LA PRIMERA VEZ.








1 comentario:

  1. mi amiga hermosa..te admiro y quiero...ers unica..te super admiro y quiero...el relato de tacones me encanto..me siento igual...y de este ultimo relato...me super calento..y de brincar en tacones..lo intentare...me dolio un comentario..pero lo entiendo..si no eres bella ni lo intentes..soy gorda...y nada femenina...y no sigan..si no se sienten..plenas...pero x como quiera a escondidas..lo hare..tqm..comadre..eres unica...tqm..y bye..y exito...quiero ser como tu bye...sigo de closeth..te amo enana..ya off..y gracias por tu amistad...bye..y gracias...

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